viernes, 26 de octubre de 2012

La Corona de Naranja

Ya antes hemos presentado un par de tartas hechas con frutas, el Pastel sin miramientos y la Tarta de fruta fresca. En ambos casos he utilizado frutas variadas, en las que siempre se puede cambiar las que utilicemos en cada preparación, dependiendo del mercado o de los gustos del cliente.
En esta ocasión la protagonista indiscutible es una fruta jugosa y vitaminada, aromática y casi mágica, que comienza a aparecer en esta época en el mercado, disponible para que no nos falten las vitaminas necesarias para afrontar la llegada del frío, la lluvia y la nieve...
La naranja dulce es una variedad que llega a Europa desde China en el siglo XV de la mano de los exploradores y comerciantes portugueses (de hecho en algunos lugares de España y algunos países de Sudamérica se les sigue llamando 'naranjas chinas'). Con ellas llegaron las mandarinas. Y es que en la Europa medieval solo se conocían las naranjas amargas. Al parecer, su nombre procede del sánscrito, y la raíz de la palabra significa aroma.
No me quiero extender sobre la historia de la fruta, aunque no creáis que no me siento tentado, ya que es muy evocadora. Es una historia de viajes, aventuras, y es en cierta manera el paradigma de la historia de la Humanidad.


La tarta que os presento hoy mantiene todo el sabor y el aroma de la naranja. La fruta se cuece antes en un almíbar y se utiliza para 'forrar' el molde antes de poner la masa del bizcocho para hornearla.


El bizcocho es una jugosa y suave preparación de almendras que complementan muy gustosamente la fuerza y la fragancia de las naranjas.
Una vez fuera del horno, debemos dar la vuelta a la tarta, ya que las rodajas de naranja que la rematan quedan en el fondo del molde. Sobre ella se dispone el resto del jarabe que nos ha quedado de la cocción de la fruta, con lo que se termina con una suerte de gelatina que da mucho brillo a la presentación.


Una deliciosa presentación que acompaña perfectamente cualquier bebida caliente o fría, y que podemos degustar a cualquier hora.
Las naranjas que utilizo para hacer esta tarta son ecológicas, pues se cocinan con su piel y ya conocemos que es en la cáscara de la fruta donde se acumulan la mayor parte de los productos químicos y los pesticidas que se usan en la agricultura convencional.

jueves, 25 de octubre de 2012

Chunk Wild Cookies (Algo Salvaje)

Crujientes y jugosas, creo que estas son unas de las cookies más sabrosas y apetitosas que he horneado hasta ahora.


Con pepitas de chocolate blanco y negro, y con arándanos deshidratados y nueces, su masa tiene además el complemento de la sabrosa avena. Muy energéticas, pues están hechas con una gran cantidad de azúcar, tienen una textura aireada, a pesar de su aspecto. De ahí su nombre, que traducido literalmente viene a ser "trozos de cookie salvaje".


Especial para los "monstruos de las galletas", es apta para todos. Y se comen de un mordisco. Yo no he podido evitar comerme más de una, aunque al principio me parecía que no iba a poder con la primera. Su aroma te cautivan al primer bocado, y la mezcla de sabores de sus ingredientes hacen que quieras experimentar mordiendo sin parar...


Todo un descubrimiento que llega, como muchas de las recetas de cookies que conocemos, de la mano de una aplicada ama de casa de los Estados Unidos. En este caso, desde Vermont.
Unas cookies que no necesitan ninguna excusa.

lunes, 22 de octubre de 2012

Minimuffins de vainilla y almendra. (¡Y mi primer pan!)


Mi primera experiencia con los muffins ha sido tan satisfactoria y los hemos devorado de tan buena gana que no he podido resistirme a probar con otra variación.  


Para esta ocasión, he recurrido a la vainilla y las almendras, que siempre combinan bien, y los he aderezado con albaricoques secos, los deliciosos orejones. Ya he hablado en otras ocasiones de los beneficios de los frutos secos, de lo recurrentes que resultan en el otoño, cuando nos faltan las frutas frescas del verano, y de lo energéticos que resultan. Así que nada que decir sobre sus propiedades nutritivas...


Estos minimuffins resultan deliciosos. El sabor de la vainilla ya sabía que resalta las almendras, pero el sabor dulce de los albaricoques los ha complementado perfectamente. Y la textura que resulta es delicada a la par que densa. Encontrar esos pequeños trocitos dulces y coloristas, cargados de energía, resulta un regalo.


Os aseguro que pronto os presentaré nuevas variedades. Y os recuerdo que los podéis pedir tanto en este pequeño formato como en uno algo mayor. 
No quiero terminar sin presentaros mi primer pan. Hacía mucho tiempo que corría tras mí ese sentimiento que nos embarga a veces cuando hay algo que queremos hacer y nunca hemos hecho, y este fin de semana preparé todo lo necesario y cogí el toro por los cuernos. No hay sensación más reconfortante que hacer algo por primera vez tras haber estado abandonando la tentación durante mucho tiempo.


Así quedó mi pan de semillas con romero y pasas. Salvo por lo inevitable de que las pasas que queden fuera se quemen y haya que retirarlas al comer, porque resultan incomibles tan quemadas, ese par de hogazas resultó un éxito. Intenso, jugoso, aromático, apetitoso, nutritivo. Ideal con dulces y con salados, tanto tostado como natural. 


La receta es de muy fácil elaboración. Yo nunca había hecho pan y me ha quedado perfecto. Así que aquí os dejo el enlace, por si os animáis y le metéis mano... Yo os lo recomiendo!!
Aquí podéis encontrarla. Ya me contaréis si la hacéis.

jueves, 18 de octubre de 2012

Muffins de coco y pepitas de chocolate

Aunque el muffin se parece en la forma a nuestra tradicional magdalena, sus ingredientes y su preparación no son en absoluto los mismos.
Su origen se encuentra en Inglaterra, donde ya existe constancia en recetarios desde el siglo XVIII. Aunque la etimología de la palabra parece que está en la francesa moufflet, un pan suave.
Sus ingredientes básicos son harina de trigo, huevos, leche, azúcar y aceite vegetal o mantequilla. Además, suelen aromatizarse con alguna esencia, especialmente la de vainilla.
Pero lo más interesante de estos pequeños pastelitos es que podemos hacerlos con lo que se nos ocurra. Prácticamente se pueden hacer de cualquier cosa. Por eso resultan tan atractivos a los nuevos reposteros, ya que se pueden variar tanto sus ingredientes como las maneras de presentarlos.



Yo he hecho, para estrenarme con esta nueva preparación, unos con coco y pepitas de chocolate. Y los he hecho en dos tamaños. Así, de una tirada he hecho minimuffins además del tamaño más standard.
Suaves y jugosos, el coco les da mucho sabor y una textura intensa. Y el toque amargo de chocolate compensa el dulzor. Aromatizados con esencia de vainilla, en esta ocasión he preferido la mantequilla al aceite, pues estoy más habituado a su uso.


Entre los dos formatos, me parece que me quedo con los más pequeños. Son muy tentadores, y te comes más de uno sin darte cuenta.
Además su presentación es más simpática y son muy manejables.



Ideales para todo momento u ocasión: desayunos, meriendas, tentempié...
¡Y también aptos para todos los públicos!

martes, 16 de octubre de 2012

Pastel de higos

Ahora que el verano ya toca a su fin, los frutos secos son los claros protagonistas de los dulces y tartas. Tanto por sus variados sabores como por su múltiples propiedades para el organismo, el consumo de frutos secos es tan atractivo como recomendable.
Hoy volvemos a Grecia para descubrir un sencillo y a la par mágico pastel de higos. Aunque se elabora también con higos frescos, yo lo he hecho con el fruto desecado de unos preciosos higos ecológicos de la finca de un amigo que hemos estado consumiendo casi todo el verano, y que él mismo ha preparado.


Los higos secos nos proporcionan seis veces más energía que los frescos, aportándonos también gran cantidad de minerales y vitaminas, además de mucha fibra.
Además, he añadido nueces (que no estaban en la receta original) y la masa está hecha con pasta de almendra. En definitiva, una suculenta y nutritiva combinación.


El resultado ha sido una exquisita y esponjosa tarta ligera, aromatizada con vino moscatel y esencia de vainilla que se puede acompañar de algún helado, nata fresca o tomarla tal cual, acompañando a nuestra bebida favorita. Exquisita acompañando a algún vino dulce de Málaga, o también algún oloroso...

domingo, 14 de octubre de 2012

Sedgemoor Biscuits

Hoy os traigo una receta de galletas inglesa. De ahí que use la palabra biscuits, ya que en Inglaterra a las galletas las llaman así, y no cookies, que es como las llaman en Norteamérica (nombre que también nosotros hemos adoptado, y que yo suelo usar aunque algún seguidor del blog me ha preguntado por qué no las llamo sencillamente galletas...).
Se trata de una receta típica de la Pascua, época de dulces especiales en todas las regiones de tradición cristiana. Al parecer, quien primero la recoge es Florence White en su libro 'Good Things in England', un glosario de recetas de la cocina tradicional inglesa que la autora recogió con la intención de darle valor frente a la más famosa cocina francesa.


Se sirven el Domingo de Resurrección, atadas con una cinta de tres en tres para representar la Trinidad, y se acompañan con los también tradicionales huevos de Pascua.
Son unas galletas aromatizadas con vainilla, aunque en algunas recetas las he visto con aceite esencial de laurel, algo más difícil de conseguir, y especiadas con diversas mezclas de especias en las que siempre aparece la canela. Aunque la principal protagonista sea la pasa. Frutos secos y especias, como estrellas de los dulces de Pascua (como ya veíamos en otro dulce propio de estas fechas, las koulourakias griegas).


Son unas galletas intensas y sabrosas que tienen un sabor equilibrado. Las pasas se pueden bañar en brandy, lo que les añade un carácter especial, una pequeña sorpresa añadida. Yo he usado jengibre además de la canela y la esencia de vainilla. También las he rematado con un glaseado de azúcar y leche fresca, que le da un toque crujiente añadido, aunque este remate es opcional pudiendo también encontrarlas espolvoreadas con azúcar glas o simplemente con azúcar granulado que se pone antes de hornear.
Para mí han sido todo un descubrimiento, riquísimas con el té de la tarde. Aunque las imagino igual de ricas acompañando un buen café.
Además, se pueden variar algunos ingredientes como las pasas y las especias, consiguiendo efectos distintos. También se puede probar a hacerlas con mantequilla salada para dar contraste al dulce... En fin, una galleta más de las que se pueden hacer de distintas maneras cambiando sus ingredientes. ¡Todo un hallazgo!

viernes, 12 de octubre de 2012

El Negro

Una de las primeras tartas de chocolate que empecé a hacer hace ya mucho tiempo es esta que os presento hoy aquí.
Desde la primera "versión" hasta la que hago ahora, casi quince años después, hay bastante diferencia. Desde entonces he aprendido mucho de repostería, todo hay que decirlo... y la he mejorado bastante.
El Negro es una tarta de chocolate puro y almendra molida, casi un mazapán, suave a la par que entera y nutritiva. Aromatizada con vainilla pura, es una de mis tartas de chocolate preferidas.


Rematada con una ganaché de chocolate, es todo un placer. Pariente del bombón y de la trufa.
Yo no necesito ninguna excusa para hacer y devorar una, solo un empujoncito y el Negro está hecho y sobre la mesa...


Podemos acompañarla como se nos antoje. O tomarla tal cual, acompañando a un buen café solo o a un buen té. Ponle un poco de mermelada de frutos rojos, o de naranja (amarga o dulce), chocolate fundido...


Con crema montada o líquida se convierte en el Negro en Camisón.
Es una tarta que no lleva ningún tipo de harina, por lo que es perfectamente apta para celíacos.

domingo, 7 de octubre de 2012

Cookies de cacao rellenas de mantequilla de cacahuete

Aunque los mayores consumidores a nivel mundial de la mantequilla de cacahuete sean los Estados Unidos, no es un producto que tenga su origen en ese país, contrariamente a lo que se piensa. Son solo los que lo comercializaron por primera vez. Ya los incas hacían un preparado con una pasta de cacahuete hacia 950 a. C. Así, el origen de la palabra viene del inca cacahuatl.
Los primeros exploradores trajeron la planta del cacahuete desde América hasta África, donde se plantaron por primera vez en el hemisferio occidental. De aquí los cacahuetes llegaron a España y después llevados a América del Norte, donde las primeras plantaciones comerciales datan de principios del siglo XIX.
A mí me gusta especialmente la mantequilla de cacahuete. Tanto la suave como la crujiente. Y la he consumido en las más variadas versiones y mezclas.
No es la primera vez que os presento unas galletas con ella como protagonista. Aquí podéis ver la primera versión.
Hoy he cocinado unas galletas que tienen una personalidad muy característica, con dos cuerpos diferentes. El exterior es crujiente, lleno de sabor a cacao y vainilla, y recubiertas de azúcar. Y el interior es un suave relleno de mantequilla de cacahuete.


Son muy energéticas y dulces. Aptas para todos los públicos, para niños y para mayores golosos.


Acompañan muy bien a un buen café. Pero se pueden tomar con cualquier otra bebida, como té, chocolate caliente o un vaso de leche. Y también  en cualquier momento que necesitemos una buena inyección de energía. Aunque no hacen falta excusas para este bocado dulce.
Perfectas para echar a la mochila un día de excursión o senderismo para reponer energías.


Esta agradable sorpresa nos espera al morderlas.
(Su nombre en inglés Buckeye Peanut Butter Cup Cookies hacen referencia al relleno que puede recordar un ojo de ciervo)

viernes, 5 de octubre de 2012

Pastel sin miramientos

Hace unos días me encargaron un par de tartas para un cumpleaños. Dos hermanos coinciden en celebrarlo el mismo día. Para el niño, estaba claro. Haríamos una tarta de chocolate, y nos decidimos por hacer una Tarta Sacher. Le hice una decoración infantil y ¡olvidé hacerle una foto! (he tenido mucho trabajo estos días, y algo tenía que olvidarme...).
Y para la niña querían alguna que fuese bonita y vistosa, con frutas. Lo dejaron a mi elección.
Así que me puse manos a la obra. Y me decidí por una receta que hacía tiempo que quería hacer.


Un bizcocho de avellanas que he rellenado con frutas y con crema de mascarpone, que es la misma con la que se termina el pastel. Rematada con almendras fileteadas y tostadas. En el relleno he puesto fresas, nectarina y plátano. En el exterior he cambiado el plátano por unas frambuesas.
También he preparado el mascarpone en casa, siguiendo esta receta que encontré hace unos días en la red. Os aconsejo que la sigáis, pues es muy fácil y resulta bastante más económico que comprarlo. Además puedes preparar la cantidad que necesites, y no te quedan restos de queso que no usas en el frigorífico. En el mismo blog también hay una receta para elaborar ricotta que todavía no he probado.



Bizcocho de yogur y amaretto. Receta.

Siempre está bien tener a mano una receta de un bizcocho esponjoso para cualquier momento.
Yo he encontrado esta que quiero compartir con vosotros. Es muy fácil de hacer y seguro que tenéis de todo en casa.
A mí me quedó así de bien...


La untuosidad del yogur, que nos permite usar poca mantequilla, y el aroma de la almendra le dan una personalidad muy especial.
Además, nos sirve de base para terminarla como más nos apetezca.
O también dejarla tal como está y acompañarla de alguna mermelada de frutos rojos u otra que queramos, así podemos variar con cada trozo que tomemos.
Os traduzco la receta, por si os resulta más fácil.

Ingredientes:
300 grs. de harina
1 cc de levadura en polvo
1/2 cc de bicarbonato sódico
1/2 cc de sal
180-220 grs de azúcar
1 huevo mediano (~50 grs)
70 grs de mantequilla, a temperatura ambiente
~280 grs de yogur
1 cc de extracto de almendra
azúcar glas

Instrucciones:
1. Precalentar el horno a 180ºC
2. Tamizar en un bol la harina, la sal, la levadura y el bicarbonato sódico. Reservar.
3. Batir la mantequilla con el azúcar, hasta que esté ligero y esponjoso.
4. Añadir el huevo y batir hasta que quede incorporado.
5. Mezclar el yogur y la esencia de almendra.
6. Añadir e incorporar los ingredientes secos.
7. Verter uniformemente en un molde desmontable de 22 cm. previamente engrasado.
8. Hornear de 30 a 35 minutos.
9. Dejar enfriar y espolvorear con azúcar glas.



Observaciones:
Es posible que puedas necesitar algo más de yogur, asegúrate de que tienes más. Aunque la cantidad reseñada suele ser suficiente. También lo puedes sustituir con un poco de nata hasta completar.
Puedes usar yogur desnatado o de sabores. Así como añadir otros ingredientes o sabores, ya que este bizcocho se adapta bastante bien.


Sugerencias:
Comer a cualquier hora o como un postre ligero acompañado de frutas rojas frescas...
Yo lo he comido con mermelada de frambuesa y de melocotón. También con una ganaché de chocolate.
O lo podéis rellenar con lo que más os guste y terminar con cualquier glaseado.
Es un bizcocho apto para mentes creativas...
Como podéis ver en la segunda fotografía, con la tarta recién salida del horno, le pongo al molde papel sulfurizado en las paredes. Así evitamos que se pegue y nos resulte difícil limpiar el molde después. Del mismo pliego que voy a usar recorto unas bandas que luego pego al molde con un poco de mantequilla, así de fácil ( y limpio...).

Espero que os animéis y lo hagáis.